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    martes, 15 de mayo de 2007

    Rector de la Universidad de Antofagasta se refiere al Royalty Minero

    Por el doctor Luis Alberto Loyola, rector de la Universidad de Antofagasta.

    Al leer la información referente a la distribución de los fondos del Royalty Minero durante el año pasado, en que una vez más la mayor cantidad de recursos se concentró en la Región Metropolitana (29%) y la Región de Antofagasta obtuvo sólo un 2.5%. Se hace absolutamente necesario manifestar que este hecho no es de ninguna manera concordante con el informe "Hacia una estrategia nacional de innovación para la competitividad" elaborado por el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad.

    Dicho informe, destaca con claridad que "las regiones tienen un conocimiento específico y potencial creativo imprescindible para el éxito de una Estrategia de Innovación para la Competitividad, puesto que los actores de la innovación, empresas, universidades, centros tecnológicos e instituciones públicas, se relacionan en el espacio local".

    Por lo tanto, ellas están capacitadas para participar en la proposición de políticas y por ende, en su aplicación con cierto grado de autonomía y flexibilidad. Sin embargo, el uso de los fondos del Royalty Minero durante el año 2006 es el resultado de una política pro innovación en la cual las regiones no formaron parte en su diseño y aplicación.

    Para una mejor posición de Chile en el ámbito de la competitividad es absolutamente necesario superar nuestras debilidades en el ámbito del capital humano, en la inversión en investigación y desarrollo (I+D) y en la insuficiente diversidad productiva.

    Este mejoramiento, para que sea realmente efectivo debe aplicarse a nivel país, considerando a las regiones donde se encuentra la mayor distribución de los recursos naturales. Hoy se habla con fuerza de la trilogía recurso humano avanzado, innovación y recursos naturales como ejes motores de la competitividad y del desarrollo.

    En esta sociedad del conocimiento, se hace imprescindible desarrollar capacidades de aprendizaje permanentes, disponer de centros de investigación de excelencia y nivel internacional, junto con redes para un mejor aprovechamiento en el contexto educacional, del conocimiento y de la ciencia y tecnología.

    El país debe beneficiarse de las ventajas comparativas que muestran sus diferentes regiones, lo cual fue previsto y considerado en el citado informe en su Capítulo F-15, denominado "Creación de capacidades regionales".

    Recursos Naturales

    Es de conocimiento público que los recursos naturales de Chile se encuentran, casi exclusivamente ubicados en regiones alejadas de la Región Metropolitana. Ejemplo de lo anterior son el cobre, litio, yodo, oro, plata, que se extraen casi exclusivamente desde la I a la IV Región.

    Por su parte, los productos derivados del bosque los encontramos desde la VII Región al sur, mientras que los del mar se producen a lo largo de la costa que, precisamente, no toca a dicha región.

    ¿Cómo entender que se reconozca algo tan simple como esto en el documento hecho público y que los dineros se entreguen en un porcentaje tan alto, prácticamente un tercio, precisamente a la región sin dichos recursos?

    ¿Se desplazarán los recursos humanos y la infraestructura física a las regiones señaladas a gastar dichos presupuestos? O llevarán los recursos naturales a la capital para ejecutar los proyectos? La inconsistencia entre el predicar y el aplicar son demasiado evidentes.

    Apoyo a Regiones

    En otra parte del informe denominada "Visión futura del país 4", se insiste en que las regiones sean apoyadas y estimuladas de manera que, a partir de la creación de capacidades, puedan desarrollar al máximo sus potencialidades, tanto en relación a los recursos naturales propios de cada región como de otras vías de progreso.

    Particularmente la Región de Antofagasta posee una naturaleza rica en recursos minerales, aunque desgraciadamente no renovables, junto a los más de mil kilómetros de sistemas marinos costeros, que siendo renovables, necesitan de la tecnología e innovación para hacerlos permanentes y crecientes.

    Nos gustaría que el 2,5% del fondo fuera el suficiente para alcanzar los objetivos planteados en el documento, aunque es muy difícil alcanzar las metas si debemos crear capacidades y desarrollar al máximo las potencialidades; necesidades que la capital ya ha desplegado.

    Tenemos una Región Minera, donde se ha mejorado la formación académica, además siendo cada vez mayor el número de profesionales que las universidades generan, muchos de los cuales se desempeñan en las diversas industrias de la Zona Norte.

    Es innegable entonces que esta región se ganó su participación en los recursos mayormente aportados por ella y que siendo destacada por el Consejo Nacional de Innovación en su declaración, no sea reconocida en la entrega de los recursos económicos, postergando de esa manera no sólo el mejoramiento de la Región de Antofagasta, sino también, el de todo el país.

    La Universidad de Antofagasta, sin contar con los cien años de trayectoria que ostentan las universidades del centro del país, ha desarrollado una serie de áreas que -en los pocos años de real apoyo financiero- le han permitido obtener resultados a nivel de ingeniería química y acuicultura, que de ser apoyados con los recursos que se generan en esta región, aportarían innovaciones aplicadas a un sistema de explotación de recursos naturales en forma inteligente y segura, potenciando no sólo la economía de la región sino de todo Chile.

    [FUENTE: Universidad de Antofagastaz, JM.]

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