Innovación en Chile: ¿De quién es la responsabilidad?
El objetivo hoy, es lograr un trabajo coordinado entre el gobierno, las universidades y el sector privado para potenciar la innovación.
En el último tiempo, la innovación ha estado en la agenda de los medios y del Gobierno como tema central para impulsar el desarrollo y la economía nacional. Se ha hablado de la necesidad de aumentar el porcentaje del PIB destinado a investigación y desarrollo, y de generar el contexto necesario para que surjan las sinergias entre los entes llamados a innovar.
La responsabilidad pasa por el Gobierno, universidad y sector privado. Y nadie parece hacerse cargo. Cada uno tiene su argumento para seguir "analizando" el tema, sin que se generen acciones que permitan avanzar en la dirección deseada. Buenas intenciones, pero faltas de orientación. Surge así una pregunta aún sin respuesta: ¿de quién es la responsabilidad? Los que estamos involucrados en el tema, esperamos que la Comisión Nacional para la Innovación defina las directrices sobre cuáles serán los mecanismos que articulen las acciones del Gobierno, universidad y sector privado, para ver qué le compete a cada uno y cuáles son los pasos a seguir.
Cada año se presentan 3.500 solicitudes de patentes; cerca de 570 (17%) corresponden a solicitudes de creadores nacionales, y sólo una fracción a investigación desarrollada por la academia. Anualmente se otorgan cerca de 50 patentes a nacionales, lo que implica que el número de tecnologías transferidas o comercializadas internacionalmente es casi nulo. Si comparamos estas cifras con las de países desarrollados, que destinan un porcentaje bastante mayor del PIB en I + D, es evidente que hay terreno por avanzar.
Ellos han entendido la necesidad de trabajar para desarrollar, proteger y transferir más tecnologías. En Chile, las responsabilidades debieran compartirse. El Gobierno, preocuparse de incentivar la innovación a través de políticas claras que beneficien a quienes innovan en materias de subsidios y tributarias. La empresa privada, de manifestar con acciones concretas su interés por impulsar el desarrollo basado en innovación tecnológica y articular sus requerimientos con quienes son capaces de proveerle nuevos desarrollos: universidades y centros de investigación. Una buena noticia, enmarcada en las 15 medidas de "Chile Compite", es el interés por vincular con incentivos subsidiarios y tributarios la academia con el sector productivo. Por su parte, las universidades, han sido un motor en desarrollo de investigación aplicada para el país. En sus laboratorios han nacido importantes proyectos, los cuales, salvo contadas excepciones, no han sido transferidos a la industria. En los últimos 15 años se han invertido importantes recursos en investigación, sin embargo, esa inversión no ha rentado en la forma de comercialización de nuevos productos o procesos industriales. Se observa una falta de conexión entre la investigación y los requerimientos concretos del mercado. El objetivo hoy es lograr un trabajo coordinado de estos tres actores, entendiendo que es LA manera de potenciar la innovación con miras a convertirnos en un país desarrollado, líder en América Latina.
"Anualmente se otorgan cerca de 50 patentes a nacionales, lo que implica que el número de tecnologías comercializadas internacionalmente es casi nulo".
[FUENTE: El Mercurio, Jorge Fuentes, Gerente general NEOS]
