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    lunes, 7 de mayo de 2007

    Canadá y Chile acuerdan nueva relación agrícola

    Trabajarán en un pacto de asociación estratégica. Biotecnología, innovación y sistemas de información geográfica, son temas concretos para empezar a trabajar, señala el ministro de Agricultura canadiense, Chuck Strahl.

    En julio se celebran los 10 años del tratado de libre comercio de Chile con Canadá. El primero conseguido por el país cuando recién se asomaba a la globalización. Y ha cumplido con las expectativas.

    Las exportaciones silvoagropecuarias chilenas, principalmente vinos, frutas congeladas, manzanas y berries, en 2006 llegaron a 170 millones de dólares, 20% más que el año anterior. En tanto, las ventas agrícolas de Canadá a Chile - trigo, carne de cerdo congelada, lentejas, reproductores porcinos- llegaron a US$ 58 millones, contra US$ 43 millones de 2005.

    Por eso, tanto Chile como Canadá quieren darle un nuevo impulso, al menos en lo que a agricultura se refiere.

    Así lo planteó el ministro canadiense, Chuck Strahl, en entrevista ofrecida a Revista del Campo, tras reunirse con su par chileno, Álvaro Rojas, en la visita que esta última autoridad realizó la semana pasada al país del norte, para interiorizarse del desarrollo en temas de biocombustibles y biotecnologías.

    Strahl fue muy claro: "Chile como socio comercial ha resultado muy positivo. Y por delante no queda más que apostar a avanzar en más temas". Para ello no descarta la posibilidad de concretar un acuerdo de cooperación estratégica, que amplíe la posibilidad de intercambio en áreas científicas y tecnológicas.
    - ¿Cuál es su evaluación del acuerdo de libre comercio entre Chile y Canadá? ¿Qué habría que mejorar?

    - Ha sido un muy buen acuerdo para los dos países y, por los resultados obtenidos, no anticipo grandes cambios. Eso sí, sería interesante ampliarse a temas que vayan más allá de lo comercial. A nosotros nos interesa avanzar aún más con Chile, pues es un país que está muy bien posicionado. Es un ejemplo de cómo se puede progresar. Por eso creemos que hay que trabajar, en conjunto, en temas concretos. Por ejemplo, en inocuidad alimentaria y protocolos de ciencia. El hacerlo en conjunto plantea la necesidad de establecer bases científicas muy sólidas. Lo que hay que hacer es poner atención a los eventuales problemas que puedan aparecer en el futuro.

    - ¿Qué posibilidad hay de avanzar en la firma de un acuerdo de asociación estratégica, como el que se estaría conversando entre los dos países?

    - Creemos que es una buena forma de hacer las cosas. Nuestra conversación con el ministro Rojas nos pareció muy interesante porque hizo propuestas específicas, que nos plantean por donde podemos empezar. Ahora, lo que tenemos que hacer es llevarlo a un plan de trabajo.

    El ministro Álvaro Rojas se comprometió a hacer llegar en quince días, a partir de su regreso a Chile (hoy lunes), un programa de trabajo con propuestas de temas, fechas y posibles participantes que permitan darle contenido a un acuerdo de desarrollo estratégico.

    Rojas le planteó tres temas: sistemas de información geográfica enfocados al sector agrícola; innovación aplicada a la alimentación animal y biotecnología agrícola. Todo esto considerando sus efectos en aspectos más amplios como el calentamiento global y los biocombustibles. La idea es que se considere la formación de recursos humanos, proyectos de interés conjunto y movilidad profesional.

    Strahl consideró que eran propuestas suficientemente concretas para "empezar a trabajar. Queremos avanzar y no quedarnos sólo en conversaciones. En cuanto tengamos la propuesta concreta, podremos ponernos a trabajar en forma sistemática".
    millones para innovación

    - Su país está muy avanzado en innovación, especialmente en la enfocada al desarrollo de los biorrecursos, como los llaman ustedes. ¿Tienen una política país para esta materia?

    - Efectivamente, es una decisión de país. Por ello, una nueva ley aprobada en Navidad estableció que en los próximos cuatro años se destinarán del orden de 150 millones de dólares (canadienses) para buscar ideas que puedan transformarse en productos comercializables. Hay que considerar que muchas veces las ideas están, pero en manos de personas que no tienen los recursos como para poder convertirlas en productos y tendrían que esperar mucho tiempo para poder hacerlo. Entonces, este programa busca agilizar eso.

    - ¿Cómo es la relación Gobierno y privados en materia de innovación?

    - Como Gobierno trabajamos en base a alianzas con la industria, con las universidades y también con otras entidades. Hemos encontrado que ésta es una muy buena forma de incentivar la investigación en las distintas áreas, desde la básica hasta la que se enfoca directamente en la productividad. Por ejemplo, nos asociamos con la industria y al trabajar en conjunto podemos resolver mejor algunos problemas. Aquí ellos ponen parte del dinero y también ideas. Además, la industria realiza mucha investigación propia. n

    Ministerio de Alimentación impacta en las exportaciones
    - En 1994 Canadá amplió su ministerio de Agricultura a Alimentación, cosa que también se pretende hacer en Chile. ¿Cuál ha sido el efecto de este cambio?

    - En un principio fue difícil. Existía mucho temor entre los agricultores de ser olvidados. Sin embargo, nos hemos preocupado de hacer un proceso sumamente inclusivo, donde se considera a todos. Ustedes tienen que hacerlo contando con una evaluacion de las oportunidades y pasando por una transición, de modo de ir adecuándolo a las necesidades. Éste es un sistema que apoya el desarrollo del mercado. Desde que hicimos el cambio nuestra agricultura ha tenido un creciente crecimiento en sus exportaciones. Es decir, de todas formas, resultó muy positivo.

    Semiapertura a los transgénicos

    El mundo tiene que entender que estos temas pueden ser muy beneficiosos para todos, pero es esencial contar con buenos protocolos. Nosotros tenemos OGM sólo en algunos productos como la canola, que va esencialmente a EE.UU. y a países que no tienen restricciones respecto de los trangénicos. Lo mismo pasa con otros granos. A Europa, en cambio, como no es tan abierta, le enviamos productos no OGM.

    [FUENTE: El Mercurio, Patricia Vildósola]

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