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    jueves, 16 de noviembre de 2006

    Exclusivo estudio de "El Mercurio" sobre los investigadores más influyentes en las áreas de Economía y Administración: Cerebros de clase mundial

    Son en su mayoría ingenieros civiles, provienen de universidades tradicionales chilenas e hicieron su posgrado en Estados Unidos. Pese a los escasos recursos invertidos en investigación, estos profesores están entre los más productivos del país.

    Pese a que muchos estudios indican que la investigación científica "es uno de los vehículos más efectivos de desarrollo", en Chile sólo 0,68% del PIB es invertido en Investigación y Desarrollo, muy lejos de los casi 3% que gasta Estados Unidos o del 1,14% de Nueva Zelandia. Entre 2000 y 2004, los académicos chilenos publicaron 50% menos artículos que sus pares neozelandeses.

    La buena noticia es que a pesar de los escasos recursos financieros, en las áreas de economía y administración la producción académica tiene un impacto internacional relevante comparado con el promedio mundial de estas disciplinas, según un estudio realizado por Alejandra Mizala, profesora de la Universidad de Chile; Gonzalo Edwards, del Instituto de Economía de la PUC; y Claudia Contreras, de Conicyt.

    Para tener una idea, el impacto relativo de las publicaciones en estas áreas en Estados Unidos entre 2000 y 2004 fue de 1,34, en Nueva Zelandia 0,58 y en Brasil 0,55; en Chile el factor llega a 1,32, según los resultados de la investigación (ver infografia). "El país que tiene un impacto relativo mayor a uno está sobre el promedio mundial", explica Mizala.

    ¿Quiénes hacen la diferencia? Un estudio inédito realizado por "El Mercurio" identificó a los académicos más influyentes tanto en el ámbito local como global. A través de la base de datos ISI (Information Sciences Institute) fueron seleccionados los 20 profesores -con jornada completa y que trabajan en universidades nacionales- que poseen las publicaciones más citadas a nivel mundial en las áreas de economía y administración (ver nota técnica).

    El grupo de los 20 está formado, en su mayoría, por ingenieros, desde los comerciales (35%) hasta los hidráulicos (5%), provenientes de universidades tradicionales (90%) y con doctorado principalmente en Estados Unidos (85%). Pese a que gran parte de estos académicos sigue vinculada a las instituciones de origen (45% en la Universidad de Chile y 35% en la Universidad Católica), hubo un desplazamiento hacia a las universidades privadas (ver infografía).

    Pero dedicarse a la investigación científica en Chile no es tarea simple para estos académicos. La falta de recursos y bajos sueldos base hacen que necesiten desarrollar una cantidad de actividades que muchas veces les dificulta destinar todo el tiempo que les gustaría a la investigación.

    "Es necesario ser como 'circo pobre': hacer docencia, consultoría, investigación y extensión", cuenta Marcos Singer, investigador de la PUC.

    Ya en los grandes centros del mundo, como es el caso de Estados Unidos y algunos países de Europa, la investigación no es solamente parte, sino que tiene un rol fundamental en el trabajo universitario.

    "La producción académica es más importante que la docencia misma en algunas de estas universidades", dice Jon Martínez, profesor de la U. de los Andes.

    Los seis primeros años de la carrera como profesor en Estados Unidos están enfocados a la investigación, con baja carga docente y ninguna responsabilidad administrativa, según Carlos Maquieira, docente de la Chile.

    Además, está el incentivo financiero. "Manejaba un presupuesto varias veces el que tengo hoy como investigador durante mis estudios doctorales" dice Juan Velásquez, profesor de la misma universidad.

    El volumen de recursos otorgados por Fondecyt a las disciplinas de economía y administración ha aumentado de 706 mil millones de pesos a 2.132 mil millones de pesos entre 1999 a 2003, pero representan sólo 1% de los fondos asignados por la institución en el país. Lejos de los 16% y 14% que financian áreas como medicina y biología, respectivamente (ver infografia).

    Sin embargo, considerando el impacto de las publicaciones de economía y administración chilenas en el ámbito internacional, "se concluye que es una de las disciplinas con alta productividad por peso invertido", dice Mizala.

    Cabeza de ratón

    Pero no se trata solamente de tiempo y dinero. Falta integración entre los académicos chilenos, tanto debido a la faltade incentivos para realizar congresos locales como a la dificultad de encontrar especialistas en las mismas áreas.

    "Hay mucha menor especialización en Chile que afuera. Es más difícil encontrar académicos que investiguen en las mismas áreas que uno", explica Andrea Repetto, docente de la U.de Chile.

    Sin embargo, la escasez de investigadores también tiene sus ventajas, porque los que están son más valorados y considerados. En los países desarrollados, solo un grupo "selecto" puede influenciar las políticas públicas, ya que la oferta cerebros y recursos es mucho mayor.

    "Somos 'cabeza de ratón' y no 'cola de león'. Estamos muy cerca de quienes aplican las políticas públicas y nuestra visión es fácilmente escuchada por los tomadores de decisión", puntualiza Raúl O'Ryan, profesor de la Universidad de Chile.

    Fuente de inspiración

    Pese a los obstáculos, Chile es terreno fértil para la producción académica en economía y administración. Eso porque muchos de los desafíos enfrentados en estas áreas se convierten en atractivos temas de investigación.

    "No es necesario pensar mucho para encontrar problemas interesantes que requieran análisis en Chile", dice Alexander Galetovic, académico de la Universidad de los Andes.

    Además, el país ha implementado una serie de políticas y reformas innovadoras que despertaron gran interés internacional, como los cambios previsionales.

    Según Patricio Meller, docente de la Universidad de Chile, los académicos que viven en América Latina están más expuestos a lo que le preocupa a la gente y por tanto están más sensibilizados sobre los problemas prioritarios de la región.

    Conocimiento, no competencia

    Algunos investigadores alertan sobre el riesgo de que la búsqueda por acumular publicaciones ISI se transforme en un foco de competencia distorsionadora entre las escuelas de economía y negocios.

    "Ahora hay incentivos por publicar en ISI. Esto nos desenfoca de nuestro objetivo principal: generar conocimiento útil para la sociedad. Publicar en ISI es un efecto, no un objetivo", advierte Andrés Raineri, profesor de la PUC.

    FICHA TÉCNICA

    Se consideró sólo profesores con jornada completa y que trabajan actualmente en universidades chilenas. Fue utilizado el banco de datos Information Sciences Institute (ISI), que registra los artículos publicados en más de 16.000 revistas científicas a nivel mundial desde 1988. Se eligió el criterio de citas ISI (que contabiliza el número de veces que un artículo ha sido citado) en lugar del número de publicaciones ISI , porque las citas miden mejor el impacto del artículo en la academia.

    LOS QUE NO ESTÁN

    Muchos académicos destacados no están incluidos dentro los "Top 20" de la investigación de Enfoques, por el criterio que fue utilizado en la realización del estudio.Quizás el caso más emblemático sea el de Nicolás Majluf (Ingeniería Industrial y de Sistemas, PUC), que en un único artículo -con Stewart Myers, publicado en el Journal of Financial Economics en 1984- logró contabilizar más de 1.000 citas, pero que no entró en el estudio porque dicho paper fue publicado antes de la creación de la base de datos ISI (1988).

    Otros investigadores, aunque sobrepasan las 200 citas ISI cada uno, no entraron en el conteo por estar vinculados principalmente a universidades extranjeras, como es el caso de Eduardo Schwartz (UCLA), Fernando Suárez (Boston), Eduardo Engel (Yale), Ennio Stacchetti (NYU), Ricardo Caballero (MIT) y Sebastián Edwards (UCLA) o por desempeñar cargos a tiempo completo fuera de las universidades, como José de Gregorio y Vittorio Corbo (Banco Central de Chile), Andrés Velasco (Ministerio de Hacienda) y Pablo Serra (Comisión Nacional de Energía). Y otros como Felipe Larraín, cuya mayor influencia se ha dado a través de textos como el de Macroeconomía que escribió con Jeffrey Sachs.

    Hay casos de académicos cuyos artículos más citados no están relacionados directamente con el área de Economía y Administración, como el caso de José Miguel Sánchez (Instituto de Economía, PUC), pese a que cuenta con 135 citas, pero el grueso de ello corresponde a salud.

    Los profesores que escriben en Economía y Administración pero no están afiliados a Escuelas de Economía, Administración o Ingeniería Industriala, no fueron incorporados en el recuento. Juan de Dios Ortúzar (Ingeniería de Transporte, PUC), William Foster (Agronomía, PUC) y Vladimir Marianov (Ingeniería Eléctrica, PUC) son algunos ejemplos.

    [FUENTE: El Mercurio, Beatriz Veloso]

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