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    viernes, 13 de abril de 2007

    "Royalty" al salmón

    Hace poco, el senador Escalona (PS) apareció presentando, en conjunto con diputados de su partido, una moción ante la Cámara para establecer un "royalty" de entre 0,5 y 5,0 por ciento, dependiendo de los volúmenes producidos, sobre las utilidades de las empresas salmoneras.

    Como se observó en su oportunidad, aparte de lo extraño de que un senador apareciera patrocinando un proyecto ante una rama legislativa a la que no pertenece, semejante moción era constitucionalmente inadmisible, pues incidía en materia de iniciativa exclusiva del Ejecutivo. En todo caso el Gobierno, a través del ministro de Hacienda, Andrés Velasco, desechó la idea.

    Pero el mismo senador ha reaparecido después insistiendo en ella, y entregando personalmente su texto al propio ministro Velasco. No cabe desatender esta insistencia de Escalona, dada la experiencia del "royalty" al cobre, que fue también idea de un solo senador, Jorge Lavandero (DC), inicialmente desechada también por el gobierno de la época por intermedio de su ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, pero, al final, se convirtió en ley. El "royalty" al salmón tiene potenciales efectos más graves que el del cobre, pues se trata de una actividad en que la competencia es muy abierta, en el actual mundo globalizado.

    Además, la propuesta ya ni siquiera afecta a la explotación de "recursos no renovables", que fue el principal argumento a favor del "royalty" a la minería. Por tanto, de prosperar, ningún inversionista dejaría de preguntarse cuál será el próximo blanco.

    Los especialistas han expresado alarma, porque el salmón es un producto homogéneo, a cuyo respecto no cabe confiar en una diferenciación que favorezca al espécimen nacional. Nuestro país no puede erosionar sus ventajas como sede de inversiones, porque tanto el "royalty" minero como este que se propicia les restan certidumbre y coherencia a sus políticas. De otro lado, nuestra mano de obra exhibe deficiencias educacionales, y la tributación o "precio" por invertir en Chile es de 35 por ciento (impuesto adicional), al cual vendría a sumarse el o los "royalties" que vayan prosperando. En fin, Chile carece de capacidad de diferenciarse favorablemente en cuanto al "producto salmón".

    El propio senador Escalona, que ha tenido una visión de Estado en muchos problemas, puede mirar el difícil futuro de nuestra competitividad en esta industria.

    [FUENTE: El Mercurio]

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