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    jueves, 11 de enero de 2007

    Visita ilustre: Fidel Castro Jr. imitará Centro de Valdivia

    El sábado, para la inauguración del Centro de Estudios Científicos que dirige el Dr. Claudio Bunster estará presente un físico nuclear de notable ascendencia. Claudio Bunster conoció hace tres años a Fidel Castro Díaz Balart (54), físico nuclear. Castro pidió conocer el Centro de Estudios de Valdivia (CECS). Este sábado participará en su inauguración.

    Castro es asesor del Consejo de Estado de Cuba y quiere imitar la idea que Bunster ha concretado en el Calle Calle: un centro pequeño, de alta calidad, con recursos para realizar ciencia de primer nivel. En estos años, ha venido repetidamente al sur. Biólogos del CECS han interactuado con sus colegas cubanos.

    ¿Quién es este Fidel Castro?

    Antes de que Castro cayera enfermo, su círculo íntimo era un verdadero misterio. Salvo su hermano Raúl, pocos nombres suenan fuera de la isla. Ni siquiera su hijo Fidel. Hoy, "Fidelito", como le dicen los cubanos, es uno de los voceros del estado de salud del dictador, y todas las miradas lo apuntan expectantes. No es raro. Los rasgos son inconfundibles. Es como ver a su padre hace 30 años.

    De los 8 hijos del revolucionario, él es el único que lleva su nombre, el único que aparece en sus brazos en las pocas fotos que hay, el único que nació antes de que tomara el poder, y el único que hasta el día de hoy es reconocido como legítimo. No ha sido fácil para "Fidelito". Estuvo lejos de tener una infancia feliz. Sus padres se divorciaron cuando él tenía 5 años, y al llegar a los 7 fue víctima de un secuestro digno de Hollywood, con intercepción de autos y salidas a escondidas del país. Este hecho aún tiene versiones encontradas. Ocurrió que Mirta Díaz Balart, la esposa de Fidel, viajó a EE.UU., pero el padre no quería que se criara con la familia materna. Su cuñado era senador y subsecretario de Fulgencio Batista. "Para arrebatarme a mi hijo, tendrán que matarme", decía el padre a su hermana Lidia. Castro estaba atado de manos. Mirta salió de Cuba cuando él estaba en prisión tras atacar el Cuartel Moncada. Pero cuando logró ser exiliado a México, persuadió a su ex mujer para que le enviara al niño por dos semanas. Lo retuvo. Castro se lo entregó a una pareja de confianza para que lo criaran en tierras aztecas. "No debe regresar a Cuba hasta que sea libre o pueda luchar para ello", decía en una carta.

    Mirta, con su segundo marido, organizó un rescate armado. El plan se ejecutó en el bosque Chapultepec. "Un vehículo se atravesó mientras el niño paseaba y se lo llevaron de inmediato a la embajada de Cuba", señaló un amigo de Castro en esos años, Orlando Cárdenas. Ahí se pierde la huella del menor. Habría regresado a la isla luego de la revolución, para irse luego a la Unión Soviética a estudiar. El hijo nunca ha dado señales de tener una relación especialmente cercana con su padre.

    "¿Cuál es el principal consejo recibido de su padre?", le preguntaron. "El que le dio a todo el país - contestó al diario español "La Vanguardia"-: lo principal es la educación y la cultura y, en particular, formar hombres de ciencia". Lo siguió al pie de la letra. Su pasión por la física y la matemática lo acompaña desde niño. Sus compañeros de curso lo llamaban "El ingeniero atómico".

    En 1974 se licenció en física nuclear en la Universidad de Lomonosov de Moscú, donde estudió como "José Raúl Fernández". Desde ahí no ha parado de engrosar su currículo académico. Tiene dos doctorados en ciencias físico-matemáticas, uno del Instituto de Energía Atómica Kurchatov de Moscú y otro del Instituto Superior de Ciencias y Tecnología Nucleares de La Habana. Allí es profesor titular. Él niega que su padre lo haya presionado para estudiar su tema. "Nadie estudia algo así por presión paterna. Es algo vocacional, exige mucho interés", comentó en "La Vanguardia".

    Casado con Natalia Smirnova, sus dos hijos siguen los pasos del padre y el consejo del abuelo. Mirta María es doctora en matemática, y Fidel es graduado del Instituto Superior de Ciencias y Tecnología Nuclear de La Habana. Pero Fidel Jr. no sólo le ha dado buenos ratos a su padre. El último enojo le costó 7 años de ostracismo político. Hasta 1992, como presidente de la Comisión de Energía Nuclear, se responsabilizaba de la Central Nuclear de Jaragua. Pero ese año su padre abortó el proyecto. Después asesoró al Ministerio de Industria Básica. En 1999 relanzó su libro "Energía nuclear: ¿peligro ambiental o solución para el siglo XXI?". Siguió luego abultando su currículo de investigador y catedrático de la Academia de Ciencias y asesor científico del Consejo de Estado. Con esos cargos volvió a ganarse el apoyo político de su padre, que hasta hoy mantiene.

    EN VALDIVIA, Fidel Castro Jr. coincidirá con los premios Nobel Frank Wilczek y David Gross.

    [FUENTE: El Mercurio, M. de los Ángeles Patillo]

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