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    viernes, 17 de agosto de 2007

    DESDE PABLO VALENZUELA HASTA RAFAEL VICUÑA SE INTEGRAN AL CONSEJO DE INNOVACION AGRARIA

    Expertos top en biotecnología asesoran al agro

    Ocho connotados profesionales aportarán con sus ideas desde lo académico, científico y productivo, para mejorar la calidad y competitividad de los productos silvoagropecuarios nacionales.

    Recursos para innovación en el agro hay. El tema es cómo conseguir que se conviertan en resultados que permitan que Chile se mantenga y mejore su posición como potencia alimentaria. Al país ya no le basta con salir a buscar lo que existe en el mundo. La idea ahora es utilizar las herramientas disponibles en otros lugares y, por ejemplo, generar en Chile soluciones a problemas locales o hacer que las variedades sean aún más eficientes.

    Fue la razón por la que el ministro de Agricultura, Álvaro Rojas, relanzara el Consejo de Innovación Agraria, que por el cambio de gobierno se había quedado en el olvido. La idea es que "funcione como un radar que contribuya a la orientación del trabajo ministerial para que se adopten las mejores decisiones y el mundo privado y académico pueda integrarse al trabajo de la autoridad", explica Rojas.Le dio un foco muy específico: la biotecnología y cómo transformarla en la fuente de mejores resultados y mayor competitividad para el sector.

    "El concepto de la biotecnología es muy amplio y entrega una serie de herramientas que permiten mejoras a distintos niveles en un producto, un proceso, o los resultados.

    En Chile hay investigación en este materia y también hay mucho por hacer", dice Rodrigo Vega, director de FIA, institución en la que recae la secretaría ejecutiva de la nueva entidad. Como la idea es conocer qué existe y qué se necesita desde todos los ámbitos del sector, se buscaron nombres clave en lo que a biotecnología se refiere (ver recuadros) para que, desde sus conocimientos y experiencias, hagan sus propuestas.

    El 25 de julio se sentaron por primera vez a conversar y ya tienen un punto de acuerdo: "no hay tiempo que perder". Volverán a hacerlo al menos una vez al mes hasta fin de año, cuando entregarán sus propuestas. Ahí depurarán cuáles son los temas prioritarios a los que se tendría que poner atención y que pueden ser de más impacto para la productividad y competitividad del país.

    Francisco Sepúlveda

    Biólogo y director asesor para programas científicos del Centro de Estudios Científicos (CEC) de Valdivia.Para Sepúlveda, todo lo que se haga en biotecnología debe ser económicamente inteligente. "En Chile hay proyectos muy potentes y avanzados en biotecnología, lo que nos falta ahora es crear el puente entre el conocimiento acumulado y el sector productor", resalta.Ve urgencias. Por ejemplo, para la la fruticultura y las carnes blancas, donde estima que el aporte puede venir para mejorar la calidad y el tipo del producto. Respecto de los transgénicos, enfatiza que el tema debe ser mirado con inteligencia. "Si nos mantenemos al margen, podemos quedar muy atrasados y entonces, cuando se decida legislar ya estaremos obsoletos. Pero hay costos y éstos tienen que ver con lo que queremos mostrar como país".

    Danilo González

    Doctor en química, bioinformático y profesor asociado de la Universidad de Talca.González piensa que la bioinformática tiene mucho que hacer por el sector. Son aportes, por ejemplo, en la agricultura de precisión, así como en la optimización del uso de agua y nutrientes en los cultivos, a través de software. "Actualmente el uso de pesticidas es homogéneo, lo que podría optimizarse con un análisis detallado del tipo de suelo y hacer la aplicación adecuada a cada lugar. Otro uso interesante sería que, por medio de los datos recabados de temperatura y humedad, se podría incluso predecir el día exacto en que un determinado cultivo estará óptimo para la cosecha", ejemplifica. Otro aspecto que piensa debe desarrollarse es el de la agroclimatología, sobre todo hoy que se vuelven tan inciertas las condiciones climáticas.

    La historia de la innovación

    sEl Consejo de Innovación Agraria fue creado en 1994. Desde sus inicios fue pensado para asesorar al ministro de Agricultura y al Consejo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) en la definición de las políticas, de las áreas de prioridad y de posibles instrumentos en materia de innovación en el sector.Así es como durante los 90 y bajo la presidencia del ministro del ramo de ese momento, se indagó en las nuevas alternativas productivas que podían darse en Chile y que ya se desarrollaban en otros países con climas similares. De ahí salió toda la línea de frutales de nuez, olivos, la producción de queso, entre muchos otros.Otro de los aportes relevantes fue la publicación, en diciembre de 2006, de la Agenda para la Innovación Agraria, donde se analizaron rubro por rubro los problemas en aspectos como las necesidad de uso de tecnologías en materia genética, cultivos, formación y capacitación de recursos humanos.Ahora se concentrará en la biotecnología, una de cuyas ramas es la transgenia.

    Pablo Valenzuela

    Bioquímico y director de la Fundación Ciencia para la vida.Valenzuela no necesita mucha presentación. Se sabe de sus aportes en investigación y desarrollo de productos biotecnológicos, como una vacuna para los salmones. Para el científico, los temas a los que hay que enfocarse son la creación de nuevas variedades, que incluyan una mayor resistencia a bacterias, hongos y otras enfermedades. Plantea que una alternativa interesante para el país, pensando en las enormes superficies secas, es el desarrollo de variedades adaptadas a la escasez de agua y al estrés hídrico. También tiene a las oleaginosas en la mira, poniendo especial atención en semillas que puedan enfocarse a ser más eficiente en la producción de biodiésel o para la obtención de aceites para la alimentación animal, como los salmones.

    Rafael Vicuña

    Bioquímico con PhD. en Biología Molecular. Decano de la facultad de Ciencias Biológicas UCPara el científico lo atractivo de nuestro país es que gran parte de sus sectores económicos tienen la perspectiva de poder desarrollarse con biotecnologías y, por ende, ve en ella una herramienta de mucha utilidad para el agro, por ejemplo, para controlar plagas. Cree que las políticas de fomento se debieran enfocarse, además, en buscar aplicaciones de biotecnología a lo silvoagropecuario, en hacer un uso eficiente de los recursos para que permitan un encuentro entre científicos y productores.Considera que en torno a la transgenia existen muchos mitos y podría ser positiva para el sector. "En 2050 va a haber agricultura tradicional con más tecnología, desde luego, orgánica pero también transgénica. Sin reemplazar una a la otra, sino cada una con su oportunidad", sentencia.

    Juan Asenjo

    Director del Centro de Ingeniería Bioquímica y Biotecnología de la facultad de Física y matemática de la U. de ChilePara él, contar con este Consejo ayuda a encontrar nuevos nichos donde no se están haciendo cosas.'Son áreas donde la biotecnología tiene mucho que aportar: puede ayudar a lograr nuevos productos o a mejorar la calidad o características de otros', dice. Ve que el futuro de la fruticultura nacional está en la agricultura del desierto. "Debiéramos estar muy atentos a lo que ocurre en Israel, puesto que Arica ya cuenta con un desarrollo agrícola interesante, pero deberíamos apuntar a sembrar lugares más áridos, con alta salinidad y todo eso se puede lograr con estudios biotecnológicos".En el tema transgénico piensa que la desinformación le ha jugado en contra a la técnica y advierte que tiene una incidencia menor al 1% en los estudios de biotecnología.

    Tres nombres de productores

    Andrés Santa Cruz, director ejecutivo de Codesser y ex presidente de la SNA; Antonio Walker, presidente de Fruséptima y gerente general de Agropecuaria Wapri; y el empresario Eric von Baer, de Semillas von Baer, con una vasta experiencia en producción de semillas y aplicación de biotecnologías en éstas.Ellos son los encargados en dar a conocer las demandas desde los campos, para determinar las urgencias y necesidades que deben ser atendidas por la biotecnología para que ella los vuelva más competitivos. Santa Cruz tiene claro cuál debe ser ese aporte. "Tenemos que ver cómo podemos ir mejorando la calidad y desarrollando nuevas variedades que nos permitan llegar a nuevos mercados donde cada día la inocuidad de los alimentos y la seguridad es más importante. Son muchos los desafíos y es ahí donde tenemos que poner los recursos y esfuerzos".

    [FUENTE: El Mercurio, Macarena de Cea]

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