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    sábado, 15 de diciembre de 2007

    Información para todos: Ya no hay textos secretos para los investigadores chilenos

    Proyecto financiado en partes iguales por Conicyt y el Consejo de Rectores da acceso a más de 5 mil publicaciones de excelencia.

    Antes, para que un científico "pescara" un texto internacional de su interés debía tener suerte, plata o pertenecer a una institución con esos recursos.

    A partir de enero próximo la totalidad de los profesores de las universidades del país tendrán la posibilidad de revisar todos los textos de cerca de 5 mil grandes revistas de nivel internacional que registran el avance científico del mundo. En ciencias sociales y en ciencias duras, en inglés o ruso. Todo.

    El lago para tirar las cañas digitales se llama "Biblioteca electrónica para la investigación científica chilena" y están detrás de su gestación el Consejo de Rectores, a través del Consorcio para el Acceso a la Información Científica Electrónica (Cincel), y Conicyt.

    Para ellos significará una inversión anual de US$ 6 millones, de los cuales US$ 3 millones serán aportados por las 25 universidades que conforman el Consejo de Rectores y US$ 3 millones por Conicyt. El proyecto tiene financiamiento en principio por tres años.

    Según destaca la presidenta de Conicyt, Vivian Heyl, esta iniciativa establece las bases para una infraestructura nacional de información científica, con un acceso igualitario. Este esfuerzo, dice, debe continuar desarrollándose y fortaleciéndose como tarea del país.

    La secretaria ejecutiva de Cincel, Soledad Bravo, resalta que la biblioteca también está abierta a las universidades privadas (la Universidad de las Américas ya solicitó ingresar al sistema), institutos de investigación públicos y en general instituciones que no tengan fines de lucro. Las empresas privadas quedan por ello excluidas.

    Cincel ya consiguió el acceso para "Science" en agosto del año pasado, por tres años, y para "Nature" y otros 16 títulos asociados por un período de dos años, en enero. La iniciativa actual apunta a un complemento con publicaciones de alto impacto como las de editorial Elsevier, Chicago Press o la American Chemical Society (ACS), cuyas publicaciones están entre las tres más citadas en Chile.

    En regiones celebran. Han sido siempre los más rezagados. Marco Corgini, director de Investigación de la Universidad de La Serena, enfatiza que el acceso a revistas es un soporte fundamental y sin él no se puede concebir la investigación, en especial en ciencias duras. Cuenta que en su universidad tal acceso está dado actualmente sólo a través de proyectos individuales de los investigadores (como Fondecyt), pero no a nivel institucional. "Significa un tremendo avance".

    La directora de Bibliotecas de la Universidad Católica, María Luisa Arenas, valora el proyecto pero advierte que su implementación no está ajena a dificultades. Como la suscripción es título a título, se requiere de un equipo ejecutor con un alto profesionalismo, sostiene Arenas. Y esto no es sencillo porque cada vez hay más publicaciones y los editores compran y concentran nuevos títulos. Hay que estar atentos.

    [FUENTE: El Mercurio, Richard Garcia]

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